Hemos cambiado la ruta de la bici unas ochenta veces. Primero queríamos ir en bicicleta a Sarajevo y desde ahí cruzar a Serbia. Después decidimos que como hay muchas montañas necesitábamos una ruta alternativa. OK, vamos a cruzar Albania de arriba a abajo y desde ahí pasamos a Grecia.

Pero… ¿Y si desde Albania tomamos el ferry del lago de Koman y desde ahí pasamos a Kosovo y entramos a Grecia desde Macedonia? Let’s do it!

Entrando en Macedonia

El día que entramos en Macedonia no paró de llover. Cuando llegamos a la frontera había una cola inmensa de coches. Los policías estaban ocupados sacando a, lo que entendimos nosotros que eran, inmigrantes ilegales…

Nos saltamos la cola con cara de “está lloviendo mucho, déjanos colarnos” y nos dirijimos a un policía que cogió nuestro pasaportes, los escaneó y dijo: OK.

Ya estábamos en Macedonia.

Lo primero que vimos fue una señal de prohibido bicicletas. Miramos el mapa y no había ninguna otra carretera, así que seguimos ciclando por donde íbamos. Skopje, la capital y nuestra primera parada, estaba a unos 20 km de la frontera.

Entramos a Skopje y fuimos directos al albergue para dejar nuestras bicicletas y cambiarnos de ropa: íbamos chorreando.

El free walking tour de Skopje

Buscamos en Internet y… ¡bingo! En Skopje hay free walking tour. Buscamos el punto de encuentro y lo primero que nos sorprendió fue el guía: un hombre de unos 50 años con una pancarta enrollable con publicidad de su free walking tour, un logo de tripadvisor y una nota que ponía: propina sugerida +5 €

Nos pareció un poco extraño porque los guías suelen ser gente joven. Pero bueno, si merece la pena, qué más da.

El tour resultó ser una patata: el guía era majo, sí, pero también un poco pelmazo. Se dedicó a darnos datos históricos durante tres horas. Las caras de cansancio de la gente lo decían todo. ¿Qué tipo de guía se disculpa porque su propio tour es demasiado denso? El nuestro.

Welcome to Las Vegas

El tour fue una decepción pero nos sirvió para descubrir algunas cosas interesantes sobre Skopje y Macedonia. Existe un proyecto, Skopje 2014, que tiene el objetivo de dotar a la ciudad de una identidad. Están planeados 20 nuevos edificios y 40 monumentos de los cuales ya se han construido muchos de ellos.

Skopje parece Las Vegas: un Alejandro Magno por aquí, un arco de triunfo por allá, una torre CN como en Toronto, una plaza de España de Roma, tres barcos piratas…

Barco pirata junto a Reichstag y edificio neoclásico de 2009…

Algún genio ha decidido que la mejor manera de generar una identidad es hacer copy&paste de monumentos aleatorios del mundo.

La ciudad, además, está plagada de estatuas. Y cuando digo plagada me refiero a que, si haces una foto en cualquier rincón del centro de Skopje, es prácticamente imposible no sacar en encuadre dos o tres esculturas.

Nuestro guía bromeaba: Dentro de unos años sólo hará falta visitar Skopje para ver la mayoría de monumentos del mundo.

La situación no deja de ser un poco triste. Nos quedamos con la sensación de que, una vez Yugoslavia se desmembró, Macedonia se quedó en tierra de nadie, sin pertenecer a Serbia ni a Grecia, pero compartiendo con ambas un pasado histórico.

Por no tener, no tienen ni nombre: Grecia ha vetado la entrada de Macedonia en la UE hasta que no se cambien el nombre. Macedonia es el nombre de una antigua región de Grecia, compuesta por la actual región de Grecia y una pequeña franja de Macedonia (país). Por este motivo, Grecia se opone a que utilicen el nombre “Macedonia” para referirse al país.

El nombre oficial es FYROM, las siglas de Antigua República Yugoslava De Macedonia. Me recuerda un poco a Prince. El artista antes conocido como Prince.